Katyna Ranieri comienza su carrera artística en el Festival de Sanremo, donde, joven recluta de la RAI, propuesta por Fonit Cetra y prácticamente desconocida, obtiene un histórico 2° premio gracias a su magistral interpretación de la Canzone da due soldi, revelándose una artista dotada de una vocalidad especial, notables capacidades interpretativas y una destacada teatralidad. Un fresco talento que anticipa un cambio de estilo más libre de la canción tradicional italiana. Su popularidad es inmediata.
Nacida en Follonica de padres toscanos y crecida en Florencia, donde es trasladado su padre, Mariscal de los Carabineros, abandona el liceo en el último año para dedicarse al canto; sabe que su camino es solo el canto y la música. Gracias al éxito de Sanremo firma, con la aprobación de Fonit Cetra, un prestigioso contrato discográfico con la multinacional americana RCA, que ha abierto una sede en Roma; Katyna es la primera artista de la RCA italiana, un talento que busca siempre la idea creativa y propone a la RCA, para su primer álbum, un repertorio internacional cantado en cuatro lenguas: La ragazza di Piazza di Spagna, que se publica en todo el mundo y entra en las listas de éxitos de América Latina, obteniendo el disco de oro en Brasil.
Por sorpresa, en el año 56 llegan los primeros contratos con el extranjero: en México y Cuba, y empieza a ser solicitada en toda América Latina: Brasil, Venezuela, Puerto Rico… el éxito y la popularidad de Katyna superan en todas partes cualquier expectativa, gracias también a sus dotes comunicativas con el público: firma un contrato exclusivo con una agencia americana de management, la MCA. El eco de su éxito llega hasta Hollywood.
Se le propone el open party del nuevo CIRO’S de Hollywood, meta de las grandes estrellas americanas. Para esta gran ocasión, Katyna crea un Special One Woman Show, inspirándose en el estilo americano, y enriquece la orquesta con ocho coristas. Así comienza la carrera americana de Katyna Ranieri.
A través de un gradual y constante crecimiento profesional, madura su estilo inconfundible, en el que las influencias americanas se ven conciliadas por su cultura de tradición italo-mediterránea. Esta “simbiosis armónica” de estilos otorga a Katyna unas características únicas que emergen perfectamente en sus interpretaciones. Y quizás reside precisamente en esta afortunada conmistión el secreto de su éxito internacional.
En esta época son numerosísimas y memorables sus actuaciones en los Estados Unidos: en la Persian Room del Plaza y en el Waldorf Astoria de Nueva York, en el Coconut Grove de Los Ángeles, en el Fairmont de San Francisco, en la Palmer House y en el Drake de Chicago, en el Eden Rock de Miami, en el Cork Club de Houston, donde Katyna recibe las Llaves de la Ciudad como ciudadana honoraria, así como en otros muchos famosos escenarios. Participa también en los principales espectáculos televisivos, como el Ed Sullivan Show y el Steve Allen Show, y es invitada asidua del famoso talk-show de Johnny Carson.
1964 es un año importante: Katyna es invitada a la 36º Ceremonia de los Óscar en el Auditorium de Santa Mónica en Hollywood, donde interpreta More, banda sonora escrita por Riz Ortolani para la película Mondo Cane (de G. Jacopetti, P. Cavara, F. Prosperi), que Katyna canta en su versión internacional, llevándola al éxito mundial y a la primera nominación al Óscar para un músico italiano. Es la consagración mundial de la pieza, que, además de la nominación como “Best Song”, obtiene también el Grammy como “Best Instrumental Theme”. Hasta hoy, Katyna es la única artista italiana que ha sido invitada a actuar en la ceremonia de los Óscar.
Gracias también a esta notable y original interpretación, el famoso pianista Liberace desea a Katyna consigo para un tour especial por los auditorios de las principales universidades americanas.
Un tour excepcional y de gran popularidad por los lugares dedicados a la formación de los futuros ciudadanos de los Estados Unidos. Una gran experiencia también social y humana, impensable en otras realidades.
También en 1964 la MGM contrata a Katyna para la película The Yellow Rolls Royce (de Antony Asquitt). Para ella se crea la escena de la taberna donde canta e interpreta el tema Forget domani de Riz Ortolani, pieza que en 1965 obtiene el Golden Globe en Hollywood como “Best Film Song”.
Pero Katyna es una artista atípica: en pleno éxito, y debido al nacimiento de su hija, decide renunciar a su carrera americana, que la mantiene ocupada en el extranjero durante largas temporadas, cancelando en el 71 el contrato de seis semanas en el Desert Inn de Las Vegas.
Decide actuar en conciertos dirigidos por su marido Riz Ortolani con orquesta sinfónica, en Italia y en el extranjero, como artista invitada, interpretando las canciones más famosas y significativas de su repertorio internacional de músicas cinematográficas. Katyna se dedica a la interpretación llevando a cabo investigaciones musicales insólitas, obteniendo resultados sorprendentes.
Es una artista creativa y polifacética, y realiza proyectos musicales originales: en 1973 Amanti y Briganti, cantos populares toscanos ennoblecidos por orquestaciones sinfónicas (Teatro Argentina de Roma y Teatro San Babila de Milán); en 1981 realiza su Kurt Weill from America, debutando en el Festival dei due Mondi de Spoleto, propuesto con cuarteto de arcos clásico especialmente orquestado para ella por Riz Ortolani y crea el Midnight Concert en el Teatro Cajo Melisso.
El mismo concierto es representado en la Konzerthaus de Viena y, acto seguido, en el Teatro Goldoni de Venecia, y en 2001 en el Teatro Verdi de Padua. En 1984, con el consentimiento entusiasta y la colaboración del mismo director Federico Fellini, nace el Concierto para Fellini, con música de Nino Rota y textos escritos expresamente para Katyna por algunos de los mayores autores italianos: Tonino Amurri, Jaja Fiastri, Dino Verde, Tino Fornai. El mismo Fellini diseña para ella la cubierta del doble álbum RCA.
En 2002, el superintendente del Rossini Opera Festival le propone otro innovador proyecto artístico: una nueva sección de ROSSINIMANIA. El proyecto fascina y se representa en el Teatro Rossini de Pesaro, en un original concierto del título Rossini monamour: una cuidada selección de desconocidas melodías de Rossini, recuperación de auténticas “perlas olvidadas”, para las cuales el maestro Riz Ortolani ha ideado y escrito una nueva y total reconstrucción del tejido armónico e instrumental.
En 2007, Katyna y Riz constituyen la “Fondazione Riz Ortolani” para la música, mientras prosiguen con sus conciertos.
Más de 50 años de gran esfuerzo, notable dedicación a la música y al arte canoro y un grandísimo respeto por el trabajo y por la gente que la ha amado y que, aún hoy, sigue apreciándola.
Un fresco talento que anticipa un cambio de estilo, más libre que la canción italiana tradicional.
Un fresco talento que anticipa un cambio de estilo más libre de la canción tradicional italiana